“La mayor parte de los relatos históricos distraen la atención de las secretas influencias que se hallan detrás de los grandes acontecimientos”.
La redacción de la historia es principalmente un proceso de diversión. Diversión para los vencedores que ven su triunfo en aplastar al adversario, a quien potencialmente han convertido en su enemigo o ha sido tomado como tal. La mayor parte de los relatos históricos distraen la atención de las secretas influencias que se hallan detrás de los grandes acontecimientos. Y en una sociedad democrática estas secretas influencias o son desveladas, o erosionan, hasta la corrupción total, los principios democráticos en que se ha constituido la sociedad.
Y esto es lo que acabamos de ver en estos días atrás en el Parlamento de España. O la ciencia ficción se ha apoderado de las mentes de cuantos formamos la expectación de los medios de comunicación o la ciencia ficción ya no es sólo un género literario, sino algo más: un estado de conciencia en que los poderes fácticos nos quieren sumergir hasta ahogar la capacidad de análisis de la realidad que nos envuelve con su relato.
Han pasado los años, pero cuando un PSOE, aún no contaminado por el poder, por la corrupción e implementado en su inmensa mayoría por militantes de clase obrera, declaraba en Suresnes (1974) la República Federal que integraría a todos los pueblos de España y que se enmarcaba dentro de la lucha de clases. Las manifestaciones de Don. Felipe González en el “Correo de Andalucía” secuestrado el 19 de octubre han quedado absolutamente en el tintero, en la memoria de lo que fue, de lo que pudo ser y no fue. Pero el sustrato socialista, abandonado por muchos de ellos, queda aún impregnado en la clase trabajadora que siempre ha visto en la lucha de clases el instrumento indispensable para fortalecer la democracia, los principios de igualdad, de justicia y de solidaridad. Hoy ponemos en duda que un partido que se declara republicano, pero no ejerce la república, que tiene una estructura federal (aparentemente) y no pone encima de la mesa los plazos temporales y las estructuras necesarias para llevarlo a cabo…; un partido que dice representa a la clase obrera y cuyos dirigentes se han aburguesado en lo personal y, esto es aún más terrible, en lo ideológico [reticentes a la derogación laboral,partidarios del Pacto de Toledo, privatizaciones de las empresas públicas… y un larguísimo etc.] que puestos en un lista agotaría la paciencia del lector.
Decía Luis María Ansón: “Sánchez no quiere a Iglesias en el consejo de ministros porque por cultura política, dialéctica argumentativa dentro del consejo de ministros se lo comería con patas fritas a las finas hierbas…”.
Todos los argumentos del PSOE para alejar a UP del gobierno de España resultan pueriles rabietas de quien se cree el dueño de la pelota y no quiere dejar jugar a quien puede discutirle el balón. Las sesiones de investidura no han sido tales, han sido la preparación de una nuevas elecciones fiando que la culpabilidad, atribuida y demonizada a Podemos, surtirá sus efectos positivos para el que fue nombrado Presidente sin haber tenido nunca experiencia de gobierno, ni de gestión presupuestaria [ha gobernado con los presupuestos prorrogados] y apoyado por un PSOE que le comió la arena bajo sus pies hace tres años. ¿Coherencia? ¡Alucinaciones de ciencia ficción! ¿La apelación al programa y a las sillas? El programa estaba hecho porque el pacto sobre los presupuestos estaba firmado, y fue la incapacidad del Sr. Sánchez de ampliar el apoyo necesario para aprobarlo lo que nos condujo a las elecciones [pensando que podría lograr una mayoría que el pueblo le ha negado].¿Las sillas? El Presidente las había fijado con el nombramiento de ministros y las competencias que administraban; dividirlas en partes, dejar de dotarlas presupuestariamente, y vetar al líder de quien deseas que te acompañe en el gobierno, más que una estrategia de pacto es una estrategia de ruptura.
Me pregunto si la capacidad de lectura de los dirigentes del PSOE es buena o si deberían pasar por las ópticas para graduales la vista.
Hemos oído, perplejos, que quieren un nuevo Estatuto de los Trabajadores [cuatro años de negociación y una legislatura sin derogación laboral…] que las pensiones deben ser “aseguradas” en un nuevo Pacto de Toledo: [miles de pancartas en todas las ciudades de
España gritando: ¡NO AL PACTO DE TOLEDO! ¡IPC y PENSIONES EN LOS PRESUPUESTOS GENRALES DE ESTADO! ¿Qué parte de la pancarta no leyeron? ¿Es que va a tener mayor fuerza democrática la deuda de su partido que los millones de pensionistas esgrimiendo en la calle sus reivindicaciones?
A veces nos preguntamos el porqué estamos en la calle. La respuesta nos la están dando ellos mismos al proponer en acción o en omisión políticas antisociales. Si el principal problema de España es el paro y la precariedad laboral, entrad de lleno a solucionarlo, no esperéis más. Si el reto territorial es la propuesta de ruptura catalana, la solución federal aprobada en Suresnes, y con la que todo el partido, en las federaciones y en el exilio, aprobaron puede ser la solución y lo sabéis.
Por eso y por muchas cosas más nos vais a tener en las calles enfrentados a las políticas neoliberales, no sólo heredadas del PP, sino defendidas por vosotros aquí, en Europa y en los foros internacionales económicos y políticos. No merecéis ser llamados “socialistas” porque habéis perdido la esencia con la que surgió el movimiento obrero al que ahora despreciáis y sumís en la precariedad, en la enfermedad, en la corrupción institucional porque se os esperaba como adalides antifranquistas [no solo por la tumba del dictador] y de las instituciones que de él surgieron, pero ni lo hicisteis en los dos gobiernos que el pueblo os concedió, ni tenéis intenciones de hacerlo. Dejad paso a quienes sí tienen arrojo y no están contaminados ni por el aburguesamiento ideológico, ni por los intereses partidistas. Aprended a vivir de la ideología social y no ataquéis más a la sociedad que, equivocadamente, pero con grandes dosis de renovación, aún confía en que el PSOE sea una partido de la clase trabajadora.
Prudenci Vidal Marcos
Miembro de La Marea Pensionista
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