El 23 de Enero del 2001 entró en vigor la nueva Ley de Extranjería, con la que se ha producido un enorme retroceso en los derechos y garantías de uno de los sectores de nuestra sociedad, las personas extranjeras que viven en el Estado español. Por ello, haciendo uso del medio que como sociedad civil disponemos para mostrar nuestro rechazo a las decisiones políticas que entendemos injustas y valorando que es éste un tema que afecta no sólo a los cidadanos y ciudadanas extranjeras sino a toda la sociedad en su conjunto, hemos considerado necesario iniciar una campaña de desobediencia civil contra esta Ley, campaña que os presentamos a continuación.
¿QUÉ ES LA DESOBEDIENCIA CIVIL?
Por desobediencia civil entendemos una práctica pública, no violenta, consciente y política, contraria a una ley u orden de autoridad considerada injusta o ilegítima, que la sociedad civil emprende, con el objetivo de invalidar dicha ley u orden y de inaugurar una nueva legalidad en la que aquellos derechos sociales y civiles que la ley niega se vean de facto reconocidos. Cuando, como ocurre en el Estado español, las vías de expresión política se limitan a los canales institucionales y al voto cada cuatro años, sin que existan mecanismos directos de participación y consulta, la desobediencia civil se vuelve un instrumento imprescindible para denunciar y expresar el rechazo a una política o ley injusta.
¿POR QUÉ PROPONEMOS DESOBEDECER LA LEY 8/2000?
La Ley de Extranjería no solo afecta al colectivo de personas inmigradas, sino que define un modelo de sociedad con ciudadanos de primera y segunda clase y no-ciudadanos (personas invisibles). Por tanto, desobedecerla exige un compromiso de todo aquél que crea en otra forma de convivencia, sea cual sea su origen.
Esta Ley es fruto de una reforma impuesta por un gobierno que, tras una clara campaña criminalizadora del colectivo de personas inmigradas, ha abusado de la mayoría absoluta, impidiendo un auténtico debate político y social, con el fin de aprobar una Ley de Extranjería que construye la cuestión de la inmigración como un problema de orden público, ignorando el pasado migratorio de la población del Estado español y la lucha histórica por los derechos inherentes a las personas.
Por un lado, elimina los derechos fundamentales como son los de reunión, manifestación, asociación, sindicación y huelga, y restringe derechos como el de educación o el de acceso a la justicia, reconocidos todos ellos en la Constitución y (excepto el derecho de huelga) en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y por otro lado, a través de la injustificable ampliación de los supuesto de detención, internamiento y expulsión, la Ley condena a muchas personas a la marginación, las criminaliza y las considera ilegales, o sea, no personas.
Además, la Ley impide acoger a personas sin papeles con la intención de reprimir la solidaridad bajo una supuesta lucha contra las mafias y el tráfico de personas, y fuerza a asumir funciones de policía a transportistas, obligándoles a controlar la documentación.
Desde un principio la Ley de Extranjería propicia todo tipo de atropellos a la dignidad de las personas. Se trata de una Ley racista, antidemocrática, prepotente y esencialmente injusta; constituye uno de los ejemplos más claros de que “no todo lo que es legal resulta lícito”. Por ello consideramos que la ley debe incluirse en lo que un ciudadano tiene el derecho a desobedecer.
Ante una ley injusta y que viola derechos humanos fundamentales, creemos que la desobediencia civil tiene todas las razones de aparecer siempre que la ley esté al servicio de lo indigno.
Invitamos, por consiguiente, a un desafío activo a esta Ley que nos convierta a todos y a todas en desobedientes, imaginando y practicando la desobediencia en los lugares que habitamos, con el fin de reestablecer los vínculos que el Estado pretende romper y de reinstaurar los derechos que la Ley de Extranjería pretende eliminar. Por todo esto, llamamos a la desobediencia civil contra la Ley de Extranjería y su substitución por una verdadera Ley de Integración y de Deberes y Derechos de los Extranjeros.
¿QUÉ QUEREMOS LOGRAR CON ESTA DESOBEDIENCIA?
· Conseguir la derogación de la Ley de Extranjería, la regularización inmediata y el reconocimiento de todos los derechos sociales, políticos y civiles en igualdad de condiciones a todos los seres humanos que se encuentran en territorio del Estado español.
· Articular una iniciativa amplia capaz de crear un espacio de reivindicación de la convivencia intercultural entre personas con igualdad de derechos.
· Generar debate público y social y compromiso por parte de personas y colectivos.
· Facilitar una herramienta común a los colectivos e individuos afectados por la nueva Ley de Extranjería, inmigrantes o no, para que puedan expresar de forma colectiva su disconformidad con una ley que consideran injusta.
¿CÓMO DESOBEDECER LA LEY?
Hay mil y una formas de desobedecer la Ley de Extranjería. Desde aquí, proponemos formas que se centren en aquellos artículos de la Ley de Extranjería que apelan directamente a distintos sectores de la sociedad, bien obligándoles a asumir una función policial (solicitar la documentación a toda persona extranjera no-comunitaria y comprobar si dicha documentación está en regla), bien imponiéndoles la denegación de sus servicios a las personas extranjeras sin autorización administrativa de estancia o residencia, o bien sancionando su solidaridad y convirtiéndola así en un acto delictivo. Se trataría, por consiguiente, de a) negarse pública y activamente a convertirse en instrumento de aplicación de una Ley que se considera no sólo injusta, sino despótica y perjudicial para la convivencia; y de b) defender y proteger los derechos sociales y civiles que la Ley vulnera.
PINCHANDO AQUI PUEDES VISUATIZA TODA LA GUIA.
manual_de_desobediencia_civil_a_la_ley_8-v2
Categorías:EQUIPO DE REDACCIÓN
Deja una respuesta