Os enviamos las imágenes prohibidas sobre las agresiones patrimoniales y medioambientales en la isla Santa Klara de San Sebastián. Decimos prohibidas porque la isla, salvo el espigón, lleva meses cerrada por obras al público a cal y canto con unas vallas. Bajo esta prohibición de acceso, se esconde la intencionalidad política (gobierno municipal) y profesional (negocio privado subvencionado con fondos públicos) de impedir que la ciudadanía tenga una opinión formada de lo que allí acontece.
Las imágenes han sido realizadas durante el mes de mayo de 2020 por una conocida y veterana entidad donostiarra que, por miedo al establishment o poder establecido, ha decidido mantenerse en el anonimato, pero hacerlas públicas en las redes sociales. Algunas fuentes indican que, al comprobar in situ, la agresión a la Naturaleza en ese bello y emblemático rincón, los autores de las imágenes, tanto en la isla como durante la vuelta a casa, han llorado a lágrima tendida de impotencia y dolor. Vosotras mismas podéis comprobar la veracidad de las imágenes en este link: https://youtu.be/7mSWCyzxdSs
Los vídeos y fotos se han ido convirtiendo en indignación según saltaban de móvil a móvil. Muchísimas personas no relacionadas con entidades naturalistas nos están rebotando los videos para que intentemos parar el dolor humano y medioambiental. Caminos ensanchados con maquinaria pesada en detrimento del espacio verde y un gran movimiento de tierra sin vegetación en la pradera superior que recuerda a la lengua de un glaciar, justo donde Parkea Bizirik había dado a conocer en sus vídeos didácticos (Link del vídeo en castellano: https://youtu.be/duE0OVZN6nE) que este punto es ¿era? el de mayor concentración de nidos en el suelo de aves marinas de toda la isla. Pues bien, basándonos en las imágenes, este lugar ahora está irreconocible y parece un desmonte.
La intervención NO ha concluido. Falta romper parte del flysch de Santa Klara. Para colocar la escultura van a excavar varios metros bajo el edificio del faro hasta hacer un gran socavón al que denominan vasija. Ahí romperán parte del flysch. También extraerán toneladas de tierra y roca reduciendo así el volumen de la propia isla y haciéndola más débil ante los embates del mar.
El proyecto consiste en destrozar un patrimonio industrial catalogado (el faro) asentado en un lugar emblemático y querido, la isla Santa Klara. Y así, convertirlo en una romería para el turismo internacional como han hecho en Bermeo con San Juan de Gaztelugatxe. A su vez, esta afluencia masiva de personas, generará todavía más afecciones graves a la biodiversidad de la propia isla, así como la carestía de vida (los precios de las cosas se ajustan en torno al turismo de alto poder adquisitivo) en perjuicio de las ya castigadas clases medias y bajas que comprueban cómo, en materia de vivienda, llevan décadas siendo desalojadas de la ciudad a lo que el establishment denomina “periferia”.
El alcalde y Cristina Iglesias no fueron sinceros con la gente al subrayar que no habría afecciones a la Naturaleza cuando sí las está habiendo, oponiéndose a realizar un Estudio de Impacto Ambiental y alegando que no estaban obligados a ello. Comunicaron que la intervención costaría 1,2 millones, pero ya ha subido hasta los 4,2 millones actuales y, según fuentes entendidas en la materia, es muy posible que alcance la cuantía final de 8 ó 10 millones de euros. No olvidemos que, según los propios datos del concejal de Hacienda, se prevé que la deuda municipal por la crisis del COVID-19 ascienda a 81 millones. Con fecha 9 de junio de 2020 el alcalde ha comunicado que el Ayuntamiento va a pedir un crédito de 30 millones “para dar respuesta a las urgencias sociales provocadas por la pandemia del COVID-19”.
Goia e Iglesias también jugaron con la terminología afirmando que la obra era “una donación” de la propia artista a la ciudad, un acto extraordinario de generosidad. Una donación por la que la ciudadanía ha de pagar una millonada y además endeudarse, no es una donación, es otra cosa.
Es junio. Lo que queda de la colonia vapuleada de aves marinas incuba los huevos y/o alimenta a sus crías en el suelo. Los huevos de la lagartija (Podarcis liolepis) propia de la isla, catalogada como “rara” por lo restringido de su distribución geográfica (5,4 Hectáreas), eclosionan ya en el interior de pequeñas grietas orientadas al sol y el brezo de mar (Frankenia leavis) protegido por el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas despliega sus hojas y flores al sol.
Nos encontramos en un momento de la historia de la humanidad donde la comunidad científica, universitaria y la propia ONU están alertando del vínculo entre pandemias globales y destrucción de la Naturaleza y unos gobernantes sin conciencia planetaria siguen actuando haciendo oídos sordos a las necesidades y prioridades de la gente y del Planeta.
Por todo ello, PARKEA BIZIRIK SOLICITA:
– Que el alcalde Eneko Goia y Cristina Iglesias pidan perdón a la gente y a la ciudad de San Sebastián.
– Que se haga pública la cuantía total del presupuesto para estropear la isla.
– Que se suspendan las obras en la isla y se proceda a la restauración ambiental de la misma.
– Que se proteja la isla y la Tierra.
Categorías:DONOSTIA Y SUS BARRIOS
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