Nadie puede olvidarse hoy de Juan Ramón Rallo, economista tertuliano de la Sexta en multitud de ocasiones. Hombre inteligente, máster y doctor en economía por la Universidad Rey Juan Carlos, profesor y codirector en la Escuela Superior de Negocios ISEAD, premio de la Comunidad de Madrid al mejor investigador menor de 40 años.
Digo que nadie puede olvidarse de él puesto que aparece en todos los medios de comunicación y en las redes diariamente, dando lecciones sobre lo que se ha de hacer y no hacer en materia económica.
Su receta es un repetido mantra que dice “ cuanto menos actúe el Gobierno en economía mejor”, porque los mercados son muy inteligentes y siempre nos llevan por el camino correcto de la vida.
Es la misma idea del actor Presidente Ronald Reagan cuyo mantra era “el Gobierno no es la solución a nuestros problemas”, del que Trump y Bolsonaro son alumnos obedientes.
El virus Sars-Covid2 es un buen fenómeno para entender lo importante. Las pandemias y los huracanes requieren de soluciones globales y unos Estados prestos a actuar con firmeza para que estos fenómenos no se conviertan en verdaderos desastres.
Esta verdad ha sido demostrada una y otra vez por la ciencia, y expuesta por la comunidad científica. No estamos en la Edad Media, cuando en la peste negra se creía que las oraciones, los latigazos o incluso el exterminio de judíos, eran la solución al problema.
Pero tanto Aznar como sus gentes, Esperanza Aguirre, Ignacio González, o la Isabel Díaz Ayuso, nunca les han preocupado los servicios públicos salvo para desmantelarlos, y durante dos décadas se ha abandonado el Estado del bienestar por parte de políticos de derecha como de izquierda, externalizando empresas básicas, y dándole la espalda a las necesarias inversiones en ayudas y en investigación y desarrollo.
Mientras en Alemania se destinan 5.986€ por habitante a Sanidad y Francia 4.965€, este país solo invierte 3.323€/habitante en la salud de las personas.
Mientras España invierte 1,2% de su riqueza (PIB) a Investigación, la media de la Unión Europea está en el 2,07%, aunque paises como Alemania, Austria, Dinamarca…destinan más del 3% de su PIB.
Y un país como Corea del Sur invierte nada menos que el 4,22% del PIB, aunque no tanto en figuras futbolísticas como España.
Porqué Corea del Sur tiene tantos medios sanitarios, y test de control de los virus?.
Porque hace casi dos décadas que tomó la decisión de investigar e invertir en materia sanitaria, en vez de fiarse en el mantra de economistas del tipo de Juan Ramón Rallo, a quien los medios españoles le dan tanta audiencia y paginas de periódicos.
En este mundo no hay milagros. Hay previsión, hay inversión, cuando hay sentido común. El sentido común nace de la ciencia, del análisis de la realidad y los hechos.
En cambio, una visión religiosa puede iniciar una guerra, un interés egoísta puede provocar miles de muertes, una ceguera mental puede provocar el desastre global.
Vuelven a nosotros imágenes de Chernobil, las Torres Gemelas, el crack de 1929 sin que el Gobierno actuara hasta 1933, las dos grandes Guerras, el genocidio de Ruanda, el huracán Katrina del 2005, la crisis del 2008, y el SARS Co-V2.
Cuando se actúa en base a colores partidistas, religiones, nacionalismos…o cualesquiera ismos, incluido el esoterismo, los resultados solo pueden acabar siendo un desastre.
Vuelve a mí el recuerdo de Versalles. Un solo momento, una “justificada deuda de guerra”, un documento con firma. Allí estuvo, en gran medida, la causa de una masacre de 55 millones de personas fallecidas por una puñetera firma que nunca tuvo que haber existido.
Y ahora es el mantra de «los mercados», que lo abarca todo, mucha religión, mucho interés egoísta y mucho partidismo. Todo ello para negar las verdades de la ciencia, o evitar que se conozcan ahogando la investigación sin presupuesto.
Categorías:LIBRE EXPRESIÓN
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