*REFLEXIONES SOBRE LAS ONGD DEL NORTE DESDE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE PAÍSES DEL SUR.

baarlin-hassan-nuur-veille-sur-son-fils-zakaria-age-de-7-mois-qui-souffre-de-malnutrition-dans-un-centre-de-soins-a-mogadiscio-le-25-mars-2015_5331235Según el juicio de muchos Movimientos Sociales en los países del Sur, existe un error principal del sistema neoliberal incorporado por buena parte de las ONG,s de solidaridad, que consiste en estimular la multiplicación de ONGD,s, retirando de los MM. SS y populares a sus direcciones y cuadros orgánicos que allí se insertan o desarrollan su trabajo. Se viene constatando el creciente funcionamiento de las ONGD,s como instrumentos –conscientes o inconscientes- del sistema neoliberal que, en la práctica, lleva a la oposición a las posibilidades de cambio, escudándose en un papel de meros gestores de las ayudas del Norte, sin cuestionar en ningún momento el actual e injusto sistema mundial. En la práctica, este error se refleja en la utilización de prácticas más o menos asistenciales, en la injerencia en las relaciones populares, en el tratamiento de la solidaridad como un negocio o una garantía de empleo, en un obligar y forzar a las organizaciones populares del Sur a aceptar las condiciones gubernamentales en las políticas de cooperación, a la comercialización de la pobreza como instrumento para conseguir fondos para los proyectos, en suma, a la despolitización y desmovilización de las sociedades locales.

“Crear es vivir ahora nuestra esperanza; es hacer presente el sueño que todavía no se transformó en realidad; es fijar los ojos en una certeza; es encarar el desafío de la vida, hasta la victoria, siempre!”

( MST-Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, de Brasil. Sector de Relaciones Internacionales)

En los diversos análisis de los MM. SS. del Sur, se viene constatando que las ONGD,s del Norte se encuentran con un problema de base que consiste en que funcionan en casi un 80% a base de los recursos gubernamentales. Por eso se piensa ¿hasta que punto pueden estar “contra” las políticas oficiales si económicamente dependen tanto de ellas?  Si las instituciones y los gobiernos son los que implantan las políticas que crean la miseria, ¿sus recursos serán para resolver esa situación?

Con todo, hay que matizar que, en principio, los recursos gubernamentales son (o deberían ser) neutros, al tratarse de fondos públicos. Y ello obliga a las ONGD,s solicitantes de dichos fondos a explicar para qué tipo de proyectos los reclaman, así como a justificar fehacientemente todos los gastos.

Sin embargo, más allá de la aceptación de las normas de control gubernamentales, sí que les puede achacar a muchas ONGD,s  su escasa incidencia política. Y ello tanto a la hora de co-definir las normas de control junto con la administración, como a la hora de presionar a las instituciones para cambiar determinadas ópticas y políticas públicas con respecto a la cooperación.

Como cierta justificación ante esta carencia, se suele decir que las ONGd,s son “apolíticas”. Si eso es así, ¿Cómo responder a un mundo con grandes desigualdades? O se acepta lo que está establecido o se trabaja para acabar con este sistema. ¿Eso no sería una opción política?

Por todo ello, desde estos MM. SS. se alerta de los peligros de que las ONGD,s del Norte no se rebelen contra este sistema neoliberal donde ellas están insertas.

Y se podría decir casi lo mismo en cuanto a una gran parte de las ONGD,s del Sur, que en la práctica poseen pocas opciones de llevar a cabo denuncias, estando sujetas incluso más que las ONGD,s del Norte a controles y supervisiones. Incluso estos controles, en algunos casos como Bolivia o Etiopía, llegan al extremo de prohibirlas expresamente la realización de ningún tipo de incidencia política.

Así analizamos como problemas, los siguientes aspectos:

EL ASISTENCIALISMO POLITICO

Las acciones paliativas de la pobreza de las ONGD,s son, en la práctica, engullidas por las diversas políticas gubernamentales o los nefastos Planes de Ajustes Estructurales del FMI y del BM. Así, estas acciones mediatizadas, no resuelven los problemas, sino que contribuyen a generar todavía una mayor dependencia. Además, eliminan la visión de que la lucha es de carácter de clase y nacional, y que debe ser política e ideológica. O el remedio es para todas las organizaciones populares o no resuelve nada.

 

LAS ÉLITES INTELECTUALES Y “EMPRESARIALES” DE LAS ONGD,s Y SUS CUADROS ORGANIZADORES.

Los proyectos de cooperación exigen, cada vez más, una cualificación técnica y el dominio de las políticas de cooperación. Y, en la práctica, ello está conduciendo a una excesiva “profesionalización” de las ONGD,s, que lleva al paulatino abandono de un verdadero compromiso social y político. En este contexto, las reuniones, seminarios, análisis y debates entre ONGD,s no cambian nada, ni cambiarán. A juicio de los MM. SS. el criterio de análisis debería ser el de cuantas personas se movilizan, de una manera organizada y permanente para trabar la lucha de clases, la disputa del poder político, y no, cuantas conferencias, análisis, textos y artículos se hacen o se escriben. Por eso, plataformas mundiales como el caso de Vía Campesina suelen expresar pensamientos como que : “ los cuadros populares crean hechos, hacen historia. Las ONGD,s crean eventos”. El aprovechado hace cosas por interés personal, el trabajador por obligación, el militante por convicción, porque cree en la vida y en la fraternidad que se puede construir, en cada momento.

Interpeladas crecientemente de este modo, algunas ONGD,s del Norte expresan sus matizaciones ante esta oleada de críticas por parte de muchos Movimientos Sociales del Sur y del Norte. Por ejemplo, en cuanto a los riesgos inherentes a la profesionalización, señalan que no siempre tiene que conducir al abandono de los ideales y del compromiso social. Todo va a depender de cada ONGD, de que se plieguen sin condiciones a las políticas gubernamentales, o que, al contrario, aún trabajando en el marco que se impone, hagan valer su margen de maniobra y de crítica, adecuando las directrices recibidas a la realidad con la cual trabajan.

En este sentido, destacan también que las ONGD,s no deben de ser tan pequeñas que no tengan capacidad de gestión, pero tampoco tan grandes que haga que su funcionamiento consuma gran parte de los ingresos.

Pero por encima de todo, algunos análisis llegan a la conclusión de que a pesar del panorama de crecientes críticas, un 60% de los profesionales que trabajan en este sector, al menos en el Estado Español, corresponde al de una persona joven, muy bien formada, con idiomas y –sin contradicción con ello- muy comprometida socialmente.

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LAS AGENCIAS Y LAS ONGD,s Y LOS COMITÉS DE SOLIDARIDAD.

Igualmente, ante el hecho innegable de que la mayoría de las políticas públicas de la cooperación internacional, han contribuido y están contribuyendo a la desmovilización de muchos movimientos sociales y populares, una buena parte de las ONGD del Norte, sin esquivar su parte de responsabilidad, destacan que hoy por hoy las grandes Agencias Públicas de Cooperación, como el PNUD, la UNICEF, etc, funcionando como verdaderas multinacionales de la cooperación, llevan el peso de las prácticas nocivas que acusan los MM. SS. A ello contribuye su pensamiento excesivamente burocratizado, así como sus costosas estructuras y salarios astronómicos.

A ello se suma el hecho de que las Agencias funcionan con subvenciones impregnadas de un fuerte componente de caridad, no de justicia social. Y por ello, algunas ONGD,s que han compactuado con este sistema y las agencias han venido destruyendo los Comités de Solidaridad.

Para los MM. SS. la solidaridad es un valor humanitario y no puede ser administrado por la cooperación de las diversas Agencias y ONGD,s . Por ello, para muchos analistas existen una serie de problemas en la relación de los MM. SS. y las ONGD,s, y Agencias en cuanto a la práctica por parte de estas entidades las últimas de la despolitización, la desmovilización, la cooptación de líderes y la debilitación del único instrumento que resta al pueblo para transformar la propiedad, redistribuir la renta y mejorar los servicios sociales: la presión sobre el Estado.

Por ello es necesario recuperar una cierta “mística” porque ella es el alma del combatiente por la justicia. Es el saber que junta el pensamiento, la acción y la emoción. Se trata de una creencia en el valor de la vida, en la dignidad de las personas, en la fuerza del trabajo, en la necesidad de la libertad y en la construcción de la solidaridad universal. La solidaridad y la mística son las pasiones que animan a la militancia para llevar a cabo el proyecto de transformación. No podemos olvidar que la lucha de clases acontece en todos los lugares, países y continentes.

De todas formas, todavía hoy, subsiste el hecho de una gran incomunicación entre MM. SS., ONGD,s y Agencias de Cooperación. Y resulta innegable la profunda desconfianza de los movimientos sociales y populares hacia estas entidades, extendiendo este clima hostil al conjunto de las ONGD,s, sin entrar a dialogar y matizar cada caso. Se trata pues de una asignatura pendiente, la de un mayor acercamiento y diálogo que hagan posible un entendimiento desde la base del mutuo respeto.

SOCIEDAD CIVIL Y FORMAS DE DESOBEDIENCIA CIVIL.

Solamente hay que mirar la sociedad en todos los lugares, para ver que está dividida en clases (sociales, económicas y políticas) ¡ Unos tienen mucho y la mayoría nada! El discurso de “sociedad civil”, “sociedad planetaria” o “sociedad globalizada” o el de “la globalización es ineludible para bien o para mal”, etc, significa asumir el discurso del sistema neoliberal y negar las diferencias y las posibilidades de transformación. No somos todos “iguales”, “hermanos” o “amigos”. No es esta la realidad. Somos diferentes respecto a ideas y clase. ¿O alguien es capaz de afirmar que las leyes cambian, a veces, por que sí o por arte de magia? ¿Muchos de los cambios no acontecen por la desobediencia civil, la indignación y la movilización?

LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS MM. SS. COMO VALOR HUMANITARIO Y DE CLASE.

Para las diversas plataformas y Foros de los MM. SS. y populares en el Sur, resulta urgente posicionarse en estos temas. Así se destacan algunas consideraciones que se han venido debatiendo en el seno de eventos como los “Foros de Porto Alegre”, los “Foros Antiglobalización”, las plataformas como “Vía Campesina”, o movimientos de masas como el “MST” o el “EZLN”.

Entre otros aspectos, se recogen las siguientes cuestiones:

La solidaridad de clase es esencialmente política, frente al pretendido apoliticismo de las ONGD,s, porque tenemos y luchamos por objetivos políticos. No somos neutros. Somos una categoría de la clase trabajadora. Predicamos la desobediencia civil y la indignación. Creemos como dijo el Che Guevara que: “el ser humano deja de ser esclavo cuando pasa a ser arquitecto de su destino”. Por eso afirmamos que la práctica asistencialista, apolítica y elitista no sirve para transformar nada.

Por ello consideramos necesario:

Que los comités y núcleos de solidaridad recuperen la mística transformadora.  Que se transformen en condimento de las luchas sociales en todas partes. Que se transformen en “almas de los combatientes” para construir juntos una sociedad justa, fraterna, socialista.

 

  ELEMENTOS SOBRE NUESTRA VISIÓN DE LA SOLIDARIDAD

Por todo lo expuesto, consideramos que la cooperación internacional debe ser una manifestación de solidaridad con las organizaciones populares y los MM. SS. que buscan realizar una serie de profundos cambios sociales que contribuyan a acabar con el actual sistema globalizador con pensamiento neoliberal.

La solidaridad debe ser construida como una parcela en torno a valores comunes: la necesidad de una democracia económica, política y social; la superación de la exclusión social; el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, de las mujeres, de los niños, de las etnias, etc. El objetivo común debe ser el de apoyar (sin substituir) y fortalecer los procesos sociales más que la realización de proyectos puntuales, a menudo, descontextualizados y contraproducentes.

Por ello, en la construcción de la solidaridad deberá primar: el respeto a la autonomía de las organizaciones locales y la construcción de parcelas solidarias junto con los grupos de base del Norte;

La dimensión de gratuidad y servicio de la solidaridad se debe realizar en la medida en que esta coloca recursos, estructura y red de relaciones nacionales e internacionales para:

  1. Denunciar y revelar los procesos globales y estructurales generadores de pobreza, intrínsicamente ligados a los planes neoliberales de los gobiernos.
  2. Apoyar a los protagonistas populares que buscan la superación de la pobreza social, política y económica.
  3. Asumir conjuntamente a sus semejantes en la busca de alternativas globales a la pobreza.

Se espera de la solidaridad la capacidad de identificar, en profundidad, los procesos generadores de injusticia y el compromiso radical para transformar dichos procesos en búsqueda de la justicia social.

Por ello, como elementos prácticos, proponemos:

  1. Colocar la solidaridad como elemento principal de la cooperación, construyendo objetivos comunes con las organizaciones del Sur y las bases sociales del Norte.
  2. Que las organizaciones de cooperación, la mayoría de ellos localizados en países con gobiernos neoliberales, luchen por la autonomía en la definición de los proyectos que desean apoyar, aunque esto lleva a la merma de recursos gubernamentales para sus entidades. En este caso, la autonomía y el volumen de recursos deberían estar asegurados por medio de la búsqueda de otras fuentes de recursos que respeten esa autonomía.
  3. Tomar opción clara por el fortalecimiento de las organizaciones que luchan abiertamente por la resistencia al neoliberalismo en el sentido de construir un proyecto alternativo, democrático y popular.
  4. Reducir la pulverización de recursos en beneficio de un nuevo proyecto a ser construido.
  5. Invertir en la capacitación de líderes de las organizaciones populares.
  6. Prioridad de apoyos de carácter organizador y movilizador, para que el propio grupo social conquiste sus derechos a través de la presión ante los gobiernos locales.
  7. Democratización y transparencia de las entidades de cooperación sobre políticas públicas y criterios de apoyos.
  8. Establecer una relación de igualdad con las contrapartes del Sur.
  9. No guiarse por temas de “moda” a la hora de delinear criterios o definiciones de políticas de cooperación.
  10. Combatir el asistencialismo y el paternalismo en las relaciones, tanto de los grupos sociales del Norte como los del Sur.
  11. Que los recursos de la solidaridad, sean de control social y no gubernamental.

 

IPAR HAIZEA TALDEA.

Fuentes consultadas:

 

MST /  EZLN!  VIA CAMPESINA / FOROS DE PORTO ALEGRE / FORO MUNDIAL ANTIGLOBALIZACION / COMITES DE LOS AFECTADOS POR LAS REPRESAS / Sindicato vasco EHNE-UGAV / KOMITES INTERNAZIONALISTAS /

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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