Vivimos en un país donde la democracia lleva décadas prostituida y secuestrada en el Parlamento, en todos ellos. La soberanía fue vendida al dinero internacional. La corrupción estructural hace tiempo substituyó a la honradez. La salud está enferma. La educación es un arma para domesticar a las masas. El poco trabajo que hay, es precario e indigno. Y la libertad de expresión atacada y amordazada.
Y es que los intereses de la clase dominante, precisamente la del PPPSOE nunca están desnudos. Se encuentran envueltos en las banderas de los cuarteles, fortificados por una ley corrupta y a su servicio, protegidos por una policía servil y brutal, financiados por empresarios corruptos y corruptores, nutridos por los medios intoxicadores, enseñados en las escuelas y bendecidos por la Iglesia.
Tenemos unas Fuerzas Armadas que siempre hacen planear la amenaza de su intervención contra su propio pueblo. Tropas travestidas de “fuerzas de paz” pero con clara vocación de matar, que para eso están. Que las derechas y el PSOE ( “descubridor” de lo bien que le venía, por ejemplo, una Guardia Civil sumisa) se sirvan de estos seres armados, es de esperar, lo llevan en los genes. Pero que las izquierdas coqueteen con militares es mucho más difícil de engullir, sobre todo a los que han llevado años y años luchando contra los ejércitos y el engendro imperialista de la OTAN. Para ahorrar explicaciones, mejor recurrir a las palabras que en su día formuló Bakunin:
«La educación de los militares, desde el soldado raso hasta las más altas jerarquías, les convierte necesariamente en enemigos de la sociedad civil y el pueblo. Incluso su uniforme, con todos esos adornos ridículos que distinguen los regimientos y los grados, todas esas tonterías infantiles que ocupan buena parte de su existencia y les haría parecer payasos si no estuvieran siempre amenazantes, todo ello les separa de la sociedad. Ese atavío y sus mil ceremonias pueriles, entre las que transcurre la vida sin más objetivo que entrenarse para la matanza y la destrucción, serían humillantes para hombres que no hubieran perdido el sentimiento de la dignidad humana. Morirían de vergüenza si no hubieran llegado, mediante una sistemática perversión de ideas, a hacerlo fuente de vanidad. La obediencia pasiva es su mayor virtud. Sometidos a una disciplina despótica, acaban sintiendo horror de cualquiera que se mueva libremente. Quieren imponer a la fuerza la disciplina brutal, el orden estúpido del que ellos mismos son víctimas».
“ Para ser un buen militar, es necesario odiar al pueblo”
También, dicen que estamos en un Estado de Derecho, ¡por favor! la borrachera semántica de este país no debería alcanzar estas cotas. Como decía Platón, la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte; la fuerza del poder es la base de la justicia y en sus manos se transforma en un arma mortal que se aplica contra los pobres y los que protestan. Como decía Galeano, la justicia es como las serpientes, sólo muerde a los descalzos.
A ustedes, los poderosos, el único juicio que les interesa es el que se haga de acuerdo con su ley. Su poder constituido para nosotros es una mierda, sus instituciones son pura mierda. Ustedes llaman al dinero peculio o numerario; llaman al robo, apropiación; al nombramiento a dedo, elección; al ejercicio de la fuerza bruta, orden.
Ustedes se visten con disfraces y usan palabras que consideran cultas, para intentar convencernos de que sus actos son legítimos. Podrán ser legítimos para ustedes, pero no para nosotros que nunca fuimos ni oídos ni olidos y que tenemos que aceptar lo que ustedes deciden por nosotros y hasta lo que piensan por nosotros. ¿ Acaso aquél que condena a un hombre a la miseria con un papel en la mano, por eso se vuelve menos inmoral e injusto? Ustedes dicen que vienen a decirnos verdades, pero ¿qué verdad es esa que nos humilla, nos disminuye, nos transforma en nada? ¿Cómo puede ser eso verdad para nosotros?
No tenemos necesidad de las payasadas de su justicia que monta toda clase de pantomimas para enmascarar lo que toda la gente sabe que hará: castigar al pobre y premiar al rico.
Y cuando el pueblo sale a las calles, indignado ,y protesta, entonces lanzan sus jueces y policías contra ellos. Nosotros, además, pagamos el sueldo del juez que ordena los deshaucios, el del policía que golpea a los oprimidos y el del político que legisla para permitir todo eso. Es el Estado contra la ciudadanía que azuza a sus perros rabiosos, los policías, fieles a sus amos, que no dudan en golpear y reprimir. En demasiadas ocasiones vemos en ello el odio, maltrato y venganza contra cualquiera que sea crítico y rebelde. Así se convierten en defensores de la injusticia, y, como se dice, “de los esclavos, el más cobarde es el que defiende al amo.”
Jueces y policías se escudan en su autoridad. ¿Autoridad? ¿Quién les ha dado autoridad? ¿De dónde han sacado su autoridad? Nosotros creemos que la idea de que el oficio santifica a quien lo ejerce, de que la autoridad merece veneración por sí misma, es la mayor herejía que se puede cometer. ¡No señores! ¡La autoridad merece el respeto que sepa ganarse… ni un ápice más.
Además, el poder cuenta con unos medios de comunicación que, salvo unas pocas honrosas excepciones, están a su total servicio, al servicio del poder y del capital. Tenemos los peores medios de Europa, los más serviles, intoxicadores y desprestigiados. Hace siglos que perdieron su imparcialidad y veracidad… si es que alguna vez eso fue cierto. En estos momentos el periodismo se ha convertido en una herramienta para la fabricación del pensamiento único y capitalista Hace tiempo que el llamado “cuarto poder” se convirtió en un servidor más del sistema. La materia informativa está ahora seleccionada y manipulada de forma que contribuya a las exigencias de los capitales y el poder que mantiene y tutela a los medios.
¿Qué es lo que ustedes saben, además de matar, pisotear, humillar y negar la libertad y la justicia? ¿Quién nos preguntó jamás alguna cosa? ¿Quién quiso saber lo que sufríamos, lo que soñábamos, lo que deseábamos del mundo, lo que podíamos dar? Nadie nos preguntó nunca nada. Hasta el don del lenguaje quieren ustedes arrebatarnos, mediante la ignorancia y la tiranía del habla que emplean, que es la única que consideran correcta, aunque sólo sirva para disfrazar la mentira con máscaras de verdad y ocultar nuestro espíritu.
Para cimentar este abuso de los poderes, siempre se ha utilizado la Educación como un arma de domesticación de largo alcance. Como decía Paulo Freire: “…sería una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollasen alguna forma de educación que permitiese a las clases dominadas poder percibir las injusticias sociales de forma crítica.” Porque al poder, a cualquier poder, no le interesa formar personas, sino la adaptación del pueblo a los dictados del sistema. Se desean estudiantes “low cost” y “técnicos” que sigan manteniendo las calderas del sistema.
En el fondo, los poderosos siguen creyendo que el pueblo es ignorante, y eso es lo que necesitan mantener. ¿Y ustedes no se consideran ignorantes? ¿Ustedes saben tejer el tejido que les viste? ¿Saben curtir, tratar y coser el cuero que los calza? ¿Saben criar, matar y guisar el buey que los alimenta? Su ignorancia es mayor que la que aribuyen al pueblo.
Otra herramienta fundamental, unida a la ignorancia inducida, es la bendición de la Iglesia más retrógrada y fascista de toda Europa. Una Iglesia enemiga de todo lo que signifique progreso y libertad, curas contra el aborto, contra la liberación de las mujeres, contra la equidad de género, contra todo lo que huela a modernidad. Esta Iglesia apoyó a la sangrienta dictadura franquista y sigue apoyando todo lo que signifique represión.
Por último, todo este monstruoso sistema obedece a quien paga. Hace mucho tiempo que la soberanía nacional es una farsa, quien manda son los grandes grupos económicos internacionales, las empresas transnacionales y en el terreno doméstico los banqueros y empresarios. Los verdaderos dueños del poder. En esta lista de campeones en lo peor, también tenemos la clase banquera y empresarial más corrupta, insolidaria e incompetente de Europa. Siempre aliados al capital y en contra de los trabajadores. Incluso han aprovechado la crisis para enriquecerse más, substituyendo empleo decente por trabajos de mierda, los más precarios y sin derechos que hubieran podido soñar. Además tenemos que soportar que desde los poderes se “canonice” a esta clase banquera y empresarial “que arriesga su patrimonio con el objetivo de crear empleo! ¡Y una mierda! Lo arriesgan para ganar más y más dinero, para hacerse más ricos. Aplican su famosa doctrina del máximo beneficio al menor coste posible, aunque eso signifique la miseria y la pérdida de derechos de los trabajadores. Podemos aceparlo porque no nos queda más remedio a la vista, ¡pero gilipollas no somos!
¿Qué es lo que ustedes, los poderosos hacen para justificar sus privilegios,, además de matar, pisotear, humillar y negar la libertad y la justicia? Ustedes hablan en nombre de un pueblo que jamás conocieron. ¿Quién nos preguntó jamás alguna cosa? ¿Quién de ustedes quiere saber lo que sufrimos, lo que soñamos, lo que deseamos del mundo, lo que podemos dar? Nadie nos preguntó nunca nada. Hasta el don del lenguaje quieren ustedes arrebatarnos, mediante la ignorancia y la tiranía del habla que emplean, que es la única que consideran correcta, aunque sólo sirva para disfrazar la mentira con máscaras de verdad y ocultar nuestro espíritu.
Ustedes no nos conocen. Para ustedes somos como extranjeros. Pero el pueblo somos nosotros. Ustedes no pueden enseñarnos nada, porque no quieren enseñar, pues toda enseñanza requiere que quien enseñe también aprenda. Y ustedes no quieren aprender. Ustedes quieren imponer, quieren moldear, quieren sólo dominar. Para ustedes la mayoría de nosotros sólo somos populacho. Creen que este país es de su propiedad. No dan nada, sólo quieren recibir.
¿Por qué detestan al pueblo de esa forma? ¿Por qué tienen tanta vergüenza de él y de todo lo que se refiere a él?.
¡Malditos sean vuestros ojos que no ven la desesperación de las personas! ¡Malditos sean vuestros oídos que no escuchan el llanto de la gente! ¡Malditos sean vuestros corazones que no se conmueven ante los dramas de los demás! ¡Malditas vuestras mentes, llenas de consignas y huérfanas de ideas! ¡Malditas sean vuestras manos que arrancan las esperanzas de las personas! ¡Malditos ustedes que han destruido y saqueado este país y han dejado el legado de la más vil y corrupta clase política, judicial, policial y empresarial de la UE!
Por todo ello, como decía Freire: “… no es en la resignación donde nos afirmamos, sino en la rebeldía contra las injusticias.” La lucha actual no puede pasar por retrasar el desastre final que va a ocurrir, sino en precipitarlo para reinventar otra sociedad. Se trata de ejercer la democracia, en mucho más pueblo en las callles y menos confiar en partidos en los parlamentos.
Por último insistir en el hecho de que no hay mayor engaño que decir que se va a gobernar para todos. O se gobierna para los explotados o para los poderosos.
IPAR HAIZEA TALDEA
y no bendice a su madre;
Raza que se tiene por pura,
pero que no se ha lavado
de sus inmundicias.
Raza de miradas altaneras
y de párpados altivos.
Raza cuyos dientes son espadas
y cuchillos sus molares
para devorar a los débiles de
la tierra y a los pobres
de entre los hombres. «
( Proverbios, 30, 11-14)
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