“ El Capital no tiene la menor consideración ni por la salud ni por la duración de la vida del trabajador, a no ser cuando la sociedad le obliga a ello.”
( Karl Marx)
Hace pocas fechas, en este verano del 2020, salta la noticia de un trabajador del campo nicaragüense, Eleazar Blandón, que muere por un golpe de calor y es abandonado a las puertas de un centro de salud de Lorca, en la región de Murcia.
Es Agosto, y en el campo murciano el sol golpea, sin misericordia. Jornadas con 40 a 44 grados a la sombra, en un campo de sandías. Los propietarios no facilitan ni agua, ni alojamiento. Sin sombra y sin agua. Una cuadrilla de temporeros, mal alimentados, mal descansados, mal hidratados, recoge sandías y las carga en un camión. Jornadas de 11 horas a pleno sol, de lunes a sábado por unos 30 euros al día. El nicaragüense, Eleazar Blandón, padre de cuatro hijos, forma parte de ese grupo. No tiene papeles, tampoco contrato, como tantos miles de inmigrantes en el campo español. Sobre las dos de la tarde, Eleazar, empieza a sentirse mal, hasta el punto de desmayarse. Los patrones esclavistas trasladaron su cuerpo inerte a una camioneta y lo dejaron abandonado como un perro delante de un centro de salud en Lorca. En dicho centro intentaron salvarlo, sin lograrlo, falleciendo por golpe de calor y parada cardiorrespiratoria.
Muerte en Murcia…. podría ser el título de una película de Visconti…. pero no. Se trata de otro acto de terrorismo patronal que acaba en homicidio, y deja el cadáver de un hombre de 42 años. Se trata de un “ilegal”, un “nadie” que diría Galeano. Le llaman “accidente laboral”, pero sigue siendo un homicidio. Se trata, una vez más, de otro trabajador esclavizado y asesinado por la patronal esclavista que ve crecer sus fortunas gracias, entre otros factores, a las leyes de inmigración que reducen a decenas de millares de personas a trabajar en condiciones de esclavitud, a pleno sol con más de 40 grados, a trabajar bajo los aviones que fumigan los campos encima de esas personas.
Ha sido asesinado otro ser humano proveniente de un país rico pero empobrecido por el saqueo capitalista, otro ser humano empujado a los terribles caminos del éxodo que tienen que emprender millones de personas siguiendo la ruta que emprenden las riquezas que las multinacionales saquean en sus países. Otro ser humano empujado al éxodo hacia las metrópolis del capitalismo que succionan las riquezas pero rechazan a las personas (a menos que estas sean reducidas a la esclavitud moderna por las leyes migratorias, y así servidas en bandeja a los empresarios de toda laya). Otro ser humano que tuvo que padecer la discriminación, la persecución, el racismo, la explotación aberrante y hasta el asesinato en la Europa del Capital, en esa Europa cuya cínica crueldad pretende vestirse de «mundo civilizado». Otro hermano humano asesinado, que las cucarachas racistas llaman «ilegal», cuando lo «ilegal» debería ser la esclavitud, debería ser este sistema criminal en el que un puñado agiganta sus fortunas sobre la explotación de las y los trabajadores y sobre el saqueo de la naturaleza. «Ilegal» debería ser saquear países hasta la médula y encima luego saquear a los humanos así empujados a migrar, «ilegal» debería ser el imperialismo que impuso su geopolítica a través de una historia colonial y sigue imponiendo latrocinio, ecocidio y genocidio, sigue perpetrando injerencia, golpes de Estado, guerras imperialistas y rapiña.
Uno de los empresarios homicidas que facilita cuadrillas de trabajadores a las explotaciones agrícolas fue detenido, pero ya está en libertad y sin fianza ninguna. Además sólo es un esbirro de la mafia agrícola murciana, un subordinado más cruel aún que sus jefes, un pringao que está ahí para comerse los marrones.
Al parecer los que abandonaron al trabajador nicaragüense van a ser «investigados» por infracción a las leyes laborales. Todo se traducirá en nada, nada de cárcel y, en todo caso, una multa leve que esos homicidas amortizarán rápidamente con toda la plusvalía que le sacan a la mano de obra en semi-esclavitud). En todo caso, no serán investigados por trato esclavista y homicidio, como debería ser.
“ Abunda el hombre malo del campo y de la aldea, capaz de insanos vicios y crímenes bestiales, que bajo el pardo sayo esconde un alma fea.” (Antonio Machado)
El trabajador nicaragüense víctima del terrorismo patronal, sufrió constantes maltratos, vejaciones y humillaciones por parte de capataces y jefes. En sus comunicaciones con su hermana, dijo: “ Aquí casi todos somos hombres y no hay ni uno sólo que no haya derramado lágrimas por los maltratos recibidos.” Estaba a punto de volverse a Nicaragua… ¡pero no le dio tiempo! Ningún cargo público, ningún representante de la administración ha dado el pésame a la familia, ni ha ofrecido su ayuda.
Que no haya ninguno de estos empresarios esclavistas en la cárcel, es síntoma de la mierda de justicia que tenemos. ¿Qué clase de empresarios homicidas tenemos ene este país? ¿Por qué actúan tan impunemente ante la indiferencia, cuando no la complicidad de las administraciones públicas y de la mayoría de los medios y partidos políticos? Porque estamos ante las más altas cotas de miseria humana al servicio de la economía capitalista. Hace poco tiempo, las Naciones Unidas enviaron a un relator ante las denuncias recibidas por las condiciones de esclavitud laboral en el campo español. El relator de las ONU quedó impactado cuando pudo comprobar las situaciones esclavistas en los campos de muchas regiones, y así lo reflejó en su informe. Pero nada ha cambiado, y lo peor es que todos sabemos que nada cambiará, ni con gobiernos anteriores ni con este gobierno supuestamente progresista. En realidad, nada ha cambiado desde 2018 con este gobierno “progresista”, siguen los mismos abusos laborales, el trabajo esclavo, las horribles condiciones de trabajo. Lo mismo ocurre con el homicidio de Eleazar, pues la noticia se olvidará en pocos días y la gente seguirá comiendo sandías sin preguntarse nada.
Está claro que no hay control ni vigilancia alguna por parte de los organismos correspondientes. ¿Y los inspectores de trabajo? ¿Es que no saben que estas salvajadas ilegales pasan todo el tiempo y en todos los sitios? ¿No saben que el campo está lleno de inmigrantes esclavizados y explotados que trabajan en condiciones inhumanas? ¿No lo saben?, porque lo sabe todo el mundo.
En realidad y en nombre de la sacrosanta economía, las autoridades laborales reciben instrucciones “de arriba” para no intervenir, o, en todo caso, aparentar que intervienen, por ejemplo, anunciando con antelación las inspecciones para que les de tiempo a los empresarios ocultar lo que haya que ocultar. Así, las autoridades de inmigración dejan a miles de personas sin papeles y los condenan a la clandestinidad; el Ministerio de Sanidad los ignora, y Bienestar Social es indiferente… y todo porque dicen que así la fruta sale barata. Así que gobiernos y administraciones son culpables, por omisión y complicidad.
Estamos ante la nueva esclavitud del siglo XXI, ante una auténtica esclavitud laboral que es la que ejerce esta gentuza que se hacen llamar empresarios productores. Luego tienen la cara dura de quejarse de que los españoles no quieren trabajar en el campo, ¿con esas mierdas de salarios? ¿bajo esas espantosas condiciones? Además, en el colmo de la inmoralidad, esos empresarios cuando el gobierno de forma tímida amenaza con inspecciones laborales en el campo, levantan el grito en el cielo y se indignan.
Estos mafiosos del campo, estos empresarios esclavistas, son una mierda de personas, insensibles al dolor y al sufrimiento de los demás, quizás por qué ¿Cuántos empresarios han muerto por un golpe de calor trabajando en el campo? Esta gentuza son hombres y mujeres sin alma ni corazón, que no quieren entender los problemas de los más vulnerables, porque ellos y ellas y sus familias viven de puta madre.
A mí, en estos casos, me brota una rabia asesina sólo comparable a la que siento con respecto de los violadores o torturadores. Añoro los tiempos no tan lejanos, en que se colgaba a los patrones asesinos.
Como decía el escritor Valle Inclán:
“ … Barcelona es muy querida a mi corazón. Todos los días matan a un patrón, a veces a dos. No deja de ser un consuelo.”
Alberto Martínez López
Categorías:LIBRE EXPRESIÓN
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