Su puesta en marcha es una de las líneas de acción prioritarias de la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España, consagrada en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha presentado para audiencia e información pública un proyecto de Orden ministerial para lanzar los trabajos necesarios para la preparación y la organización de la Asamblea Ciudadana para el Clima, un instrumento para reforzar las vías de diálogo y participación ciudadana que permita establecer un debate social sobre la búsqueda de soluciones a la crisis climática.
El proyecto de Orden ministerial sienta las bases de la Asamblea y parte del análisis de experiencias y lecciones aprendidas de otras asambleas de países de nuestro entorno, como la francesa, la escocesa o la inglesa, con vistas a proponer una base sólida y acorde al contexto nacional en la que se asiente esta iniciativa, y que pueda enriquecerse a través del proceso de información pública.
La Asamblea se configura como un ejercicio participativo deliberativo para generar reflexión, conocimiento colectivo, debate y consensos sobre cuáles deben ser las soluciones a las grandes transformaciones que es necesario acometer, y lo hace en un contexto normativo favorable: España cuenta ahora con un marco estratégico de energía y clima que permitirá a nuestro país ser más resiliente a los impactos del cambio climático y climáticamente neutro para mitad de siglo.
Composición, mandato y funcionamiento
La Asamblea propuesta estará formada por cien personas que representen la diversidad de la sociedad española, seleccionadas de manera independiente y aleatoria, aplicando una metodología que permita asegurar la calidad y representatividad de la muestra en base a criterios como la edad, el género, el nivel educativo, la procedencia geográfica y la actitud frente al cambio climático.
El mandato propuesto para la Asamblea Ciudadana girará en torno a la pregunta: «Una España más segura ante el cambio climático, ¿Cómo lo hacemos?», sin perjuicio de concretar con temáticas más acotadas y específicas relacionadas con las soluciones que se encuentran a nuestro alcance en las áreas de mitigación y adaptación al cambio climático, ante el horizonte de lograr la neutralidad climática en 2050.
La Asamblea deberá proponer unas recomendaciones que servirán para el debate a todos los niveles de la Administración, así como a los diferentes actores económicos y sociales, y que se mandarán al Gobierno y al Congreso de los Diputados para asegurar el conocimiento de las propuestas y las preferencias de la ciudadanía en materia de acción climática.
Para ello, se prevé que la Asamblea se reúna durante cinco sesiones de manera virtual, aprovechando los beneficios que este formato conlleva en términos de inclusión, riesgos sanitarios y menor huella ambiental.
Gobernanza y transparencia de la Asamblea
En aras de asentar la transparencia y la independencia de esta iniciativa, se establecen unos órganos de gobernanza articulados en un Panel de Coordinación, un Grupo de Expertos Independiente y unos Embajadores. Además, se contará con un equipo técnico independiente para la selección de los ciudadanos y otro especializado en procesos deliberativos, para dinamizar las sesiones de la Asamblea.
Se prevé que toda la información relativa a los trabajos de la Asamblea y al grupo de expertos independientes se recojan en una página web propia, que se lanzará tras la publicación de la Orden ministerial definitiva.
Abordar el reto social que supone la acción climática
En un momento en el que ya están sentadas las bases del marco institucional español de lucha contra el cambio climático, las deliberaciones de la Asamblea son un paso hacia la puesta en marcha de acciones que deben conducir a soluciones, propuestas e ideas concretas que puedan implementarse en el territorio español para apoyar la consecución de sus objetivos.
«La consecución de nuestros objetivos en materia de energía y clima es un enorme reto social cuyo logro no será posible sin unas políticas climáticas ambiciosas y sin la participación y el apoyo social a esas políticas. Es fundamental contar con una ciudadanía bien informada que acompañe en ese camino a través de un cambio de hábitos en su día a día», ha manifestado Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático.
En este sentido, Ulargui ha señalado que «la Asamblea Ciudadana para el Clima es una enorme oportunidad para lanzar entre todos un proceso participativo en nuestro país en torno a un reto tan complejo y urgente como la emergencia climática, en un contexto de transición ecológica y de grandes desafíos económicos y sociales».
Proceso de información pública
El objetivo del proceso de audiencia e información pública es recabar la opinión de las personas y entidades interesadas. Las aportaciones se podrán enviar hasta el próximo 16 de junio de 2021 a la dirección bzn-asambleaclima@miteco.es, indicando en el asunto: «Normativa. Asamblea Ciudadana para el Clima».
El movimiento internacional Extinction Rebellion defiende desde 2018 la desobediencia civil noviolenta y las asambleas ciudadanas vinculantes como la herramienta más eficaz para actuar contra el colapso ambiental desde la justicia climática. Lanzamos una alerta a todos los colectivos de la sociedad civil, ante el anuncio realizado hoy por el gobierno.
- Después de año y medio de retraso, la ministra Ribera anuncia una asamblea virtual que no cumple en absoluto con los mínimos que garantizan su eficiencia. Es una propuesta mucho menos valiente que la ya puesta en práctica en Francia. La virtualidad de la propuesta limita su necesario impacto mediático, la profundidad del proceso y la posible transformación de los propios participantes. Y contrariamente a lo que se afirma, puede ser excluyente de algunos colectivos.
- Se llama Asamblea Climática pero no lo es: no permite participación ciudadana real y no podrá decidir sobre la necesaria transformación de nuestra sociedad.
Actualmente, un 80% de la población en nuestro país está convencida de la urgencia de actuar drásticamente ante la crisis climática y el gobierno propone un simulacro de participación.
De aquí a 2050, la comunidad científica alerta que España tendrá un clima “desconocido de rasgos espeluznantes”, propios del actual clima de Irak. Ante la magnitud de este desafío el gobierno español no está a la altura. Acaba de aprobar una ley climática que prevé una reducción del 23% de las emisiones para 2030, muy por debajo del acuerdo europeo del 55 %.
Con los Fondos NextGeneration, el gobierno ha sido incapaz de organizar una reconstrucción justa y estos fondos europeos beneficiarán principalmente a las grandes empresas. El anuncio de la Asamblea Climática virtual va en el mismo sentido: el gobierno ningunea a la ciudadanía proponiendo encuentros virtuales, sin definir los objetivos concretos (ya que la Ley de Cambio Climático ya está aprobada) y sin construir un marco real de toma de decisiones.
Es un comportamiento altamente peligroso, hasta suicida para nuestro sistema democrático. Actualmente, el 90% de la ciudadanía española desconfía de los partidos políticos en general, y el Congreso de los Diputados y el Gobierno de España ocupan el segundo lugar en las instituciones que generan mayor grado de desconfianza . Ante esta crisis de representación política, la asamblea ciudadana podría ser una oportunidad histórica para el Gobierno, de abrir una renovación democrática profunda, que permita generar adhesión transversal y cerrar el paso a los negacionismos y a la influencia intervencionista de los lobbies.
Esta asamblea climática virtual no cumple con los criterios organizacionales publicados en el informe Catching the deliberation wave de la OCDE, formulados a partir de 25 años de experiencias en participación ciudadana, y sobretodo no saca ningún provecho de las experiencias de las dos asambleas climáticas reunidas en Reino Unido y Francia el año pasado.
El gobierno español organiza una asamblea climática que no es una asamblea con posibilidad de acción real, empieza con una pregunta totalmente ambigua y termina sin más compromiso que remitir sus conclusiones al buzón de recomendaciones del Congreso. Se acerca más a una campaña de sensibilización que a una Asamblea Ciudadana real. XR denuncia este fracaso democrático que no es solo un fracaso. Como observa la escritora y activista Arundhati Roy:“lo que estamos presenciando no es una negligencia criminal, sino un absoluto crimen contra la humanidad”
AQUI MÁS INFORMACIÓN:
Seis reflexiones en busca de una Asamblea Ciudadana | ctxt.es
Categorías:ASAMBLEAS CIUDADANAS (Documentos y propuestas de Extinction Rebellion-Gipuzkoa)
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