La situación actual de Osakidetza refleja un desvío significativo de los principios establecidos en su creación, que se basaban en la Atención Primaria (AP) como eje central del sistema de salud. A lo largo de los años, se ha observado un cambio hacia un modelo mercantilista que prioriza la competitividad y la rentabilidad económica, en detrimento de la salud pública y de los determinantes sociales de la salud.
Este cambio ha llevado a una degradación del sistema, que ahora enfrenta el riesgo de colapso. La implementación de políticas que fomentan la competitividad y la colaboración público-privada junto a una visión hospital centrista ha desviado recursos de la Atención
Primaria, que debería ser el núcleo del sistema.
Para abordar estos desafíos, se identifican nueve ejes fundamentales que requieren atención. Entre ellos, la necesidad de aumentar la inversión en Atención Primaria, eliminar las colaboraciones con el sector privado, y reformar la estructura organizativa para fomentar la participación democrática. También se destaca la importancia de diversificar la cartera de servicios para incluir un enfoque más integral que contemple diversas profesiones sanitarias y mejore la atención a los grupos más vulnerables, cambiar el modelo de gestión de personal y un nuevo modelo de relación con la ciudadanía. Por último, se hace una revisión
a cómo se incorpora el conocimiento sanitario y la innovación a Osakidetza.
Osakidetza nació usando el modelo salido de la Declaración de Alma-Ata. Un modelo donde la Atención Primaria era el núcleo central de todo el sistema y cuya finalidad era la de combatir las desigualdades en salud atendiendo a los determinantes sociales de la salud desde una perspectiva democrática y participativa con la comunidad. Más de cuarenta años después vemos como la Atención Primaria está a la cola en cuanto a importancia e inversión dentro de la estructura pública, cómo no se han desarrollado los métodos de participación e intervención democrática y cómo los determinantes de sociales de la salud no son ni atendidos ni, en la mayoría de los casos, tenidos en cuenta a la hora de abordar la asistencia sanitaria.
En su lugar se ha ido implementando un modelo mercantilista centrado en la competitividad y rentabilidad económica atravesado por intereses privados y donde los intereses de la farma-industria han sustituido al criterio sanitario de salud. Esta dinámica se ha extendido también a cómo los usuarios se relacionan con la sanidad pública generando un modelo relacional utilitarista que fomenta el consumismo sanitario.
Esto ha hecho que Osakidetza empiece a no ser capaz de satisfacer los fines para los que fue creada produciendo una degradación tal que todo el sistema amenaza a colapsarse.
Llegados a este punto urge un fuerte golpe de timón que logre transformar el sistema para que vuelva a responder a las necesidades de salud de la ciudadanía.
ESK sindikatua
La Osakidetza que necesitamos
Categorías:GUNE IREKIA (Información de Entidades Ciudadanas)

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